El cilantro (Coriandrum Sativum; umbelíferas) es una planta originaria de Oriente Próximo, pero se cultiva en todo el entorno mediterráneo y en numerosas zonas de Asia y América; en muchos casos se encuentra en estado silvestre. También es conocida como coriandro.
Por su apariencia, el cilantro puede confundirse con el perejil, ya que ambos tienen hojas planas dentadas de tres lóbulos, aunque el perejil tiene un verde más brillante.
Aplicaciones culinarias y medicinales del cilantro
Se ha estado utilizando esta hierba como planta aromática y medicinal desde la más remota antigüedad. Aunque se la ha calificado de forma contradictoria: desde considerarla una planta venenosa, a verla como un recurso para curar la peste y la epilepsia, o facilitar un parto indoloro, por citar algunos ejemplos. También se le han atribuido efectos tanto afrodisíacos como sedantes.
El cilantro se utiliza como ingrediente habitual en la cocina de numerosos países alrededor del mundo. Las hojas frescas y las semillas secas tienen diversas aplicaciones culinarias como condimento y aromatizante. Las semillas secas son un ingrediente indispensable en la elaboración del curry; también las encontraremos en algunas cervezas belgas, salchichas alemanas, pan de centeno y en ciertos platos de la cocina árabe. En cuanto a las hojas frescas, son un ingrediente esencial del chutney hindú, así como del guacamole mejicano; también se utilizan las hojas frescas picadas finamente para decorar sopas y otros guisos justo antes de servir – el cilantro fresco no debe cocinarse para que no pierda su aroma y sabor característicos.
El sabor a jabón del cilantro: una cuestión genética
Esta hierba posee una agradable combinación de sabores, evocadores de perejil y limón. Sin embargo, para algunas personas el cilantro tiene un sabor muy desagradable. Claro que parte de este desagrado puede resumirse en pura preferencia por un sabor u otro. Pero para los cilantrófobos a los que esta hierba les sabe a jabón es una cuestión genética. Esas personas tienen una variante en un grupo de los genes que afectan a los receptores olfativos, lo que les hace percibir intensamente el sabor jabonoso de los aldehídos de las hojas del cilantro.
En el Este asiático es donde se encuentra la mayor incidencia de esta variante en los genes, con estudios que muestran que casi el 20% de la población percibe el sabor jabonoso del cilantro.
Esta peculiaridad genética solamente suele encontrarse en un pequeño porcentaje de la población, aunque varía geográficamente. Curiosamente, en lugares donde el cilantro goza de una especial popularidad, como América Central e India, hay un número menor de personas con esta característica genética, lo que puede explicar que esta hierba haya alcanzado tanta popularidad en esas zonas.
Algunos datos evidencian que los cilantrófobos pueden superar su aversión con una exposición reiterada a esta hierba, sobre todo si está molida. Pero muchas personas simplemente optan por seguir su inclinación genética y evitar su jabonoso sabor totalmente.
Para finalizar, en defensa de los cilantrófobos, hay que destacar que los aldehídos que contiene el cilantro en un alto porcentaje son algunos de los componentes utilizados en la elaboración de perfumes, esencias… y jabón. Pero la pregunta es ¿por qué hay que gente que conoce a qué sabe el jabón?
Te recomiendo la lectura de este artículo de El Comidista.
Super interesante
Me alegro de que te haya gustado. Muchas gracias por seguir el blog.